No hay nada más hermoso que la
sonrisa de un niño, sobretodo cuando esa sonrisa es espontánea. Tristemente
vivimos en un mundo donde los valores familiares y humanos van quedando en el
olvido y se van sustituyendo por mensajes vacíos que con toda mala intención
llegan a nuestros jóvenes, bien sea por medio de la música, la tv o la web. Es
de suma importancia que los adultos tomemos conciencia de esta realidad y
hagamos todo lo posible para contrarrestar los efectos de esta situación.
Dentro de las asignaturas del
programa nacional de formación de la carrera Comunicación Social, existe una de
gran importancia: Proyecto; en la cual los estudiantes tenemos la labor de
desarrollar un determinado proyecto comunitario. En este caso, decidimos
trabajar con la comunidad de Casco Viejo Sur (sitio donde gracias a las
primeras exploraciones petroleras, literalmente nació la ciudad de El Tigre en
1932) sirviendo de asesores comunicacionales, ayudándolos a construir una
plataforma comunicacional y formándolos para que puedan por sus propios medios
manejar dicha plataforma.
Como estrategias para el
acercamiento a la comunidad, nace la idea de que cualquier conocimiento extracadémico
que poseamos los estudiantes, debe ser explotada para beneficio de los
habitantes del lugar. Entre los estudiantes hay quienes tiene conocimiento y
experiencia en: música, cocina, teatro, locución, etc. Es en este marco donde se inician las clases de karate dirigido a
niñas, niños y adolescentes del sector, de forma totalmente gratuita y gracias
a la valiosa colaboración de la profesora Ludi Ferrara y las profesoras encargadas
del ateneo de El Tigre, quienes de forma amigable prestan sus espacios para que
los días jueves y viernes se puedan impartir dichas clases.
Esta situación me ha permitido estrenarme como instructor de
karate, dándome la ocasión de ir estructurando una metodología pedagógica enfocada
a desarrollar las aptitudes individuales de cada uno de los muchachos que están asistiendo a
clases. Esta metodología consiste en teoría, historia y técnica, tratando de no
enfatizar solo en el aspecto deportivo sino también despertar en el alumno
deseo de querer mejorar cada día en cada uno de los ámbitos de su vida.
Esto ha creado un vínculo entre esos muchachos y yo, del
cual me siento muy orgulloso a pesar del poco tiempo que hemos podido compartir
en clases debido a la disponibilidad de horarios.
Es mi convicción que podemos encontrar nuestra esencia a traves del cultivo de las artes, insisto, esa es mi convicción, al
igual que también estoy convencido en considerar el karate más arte y ciencia que deporte, sin
embargo si podemos desarrollar los 3 ámbitos de esta disciplina podremos
llegar a los corazones no solo de atletas, sino también de los artistas y de cualquier persona
que sienta la necesidad natural de un desarrollo integral a través del
cultivo del espiritu, el cuerpo y la mente.